sábado, 6 de octubre de 2012

TEXTO INTRODUCTORIO ANTIGUO RÉGIMEN. Documento 1:Texto de Marie y Severine. Antiguo Régimen



 MARIE Y SEVERINE. Una comparativa entre una mujer que vive en el Antiguo Régimen y otra que vive en la actualidad.



“Marie, mujer robusta de una familia de siete hermanos de los que dos murieron en la cuna y otros dos antes de cumplir veinte años, ha tenido muchas enfermedades, ha pasado en su vida 30 ó 40 meses de fiebre y sufrimientos pero ha salido adelante. Tenía catorce años cuando perdió a su padre. No conoció a ninguno de sus abuelos. Su madre, que se quedó viuda con tres hijos a su cargo, no tuvo más ayuda y sustento que el de un hermano, a su vez cargado de familia.
     Marie comenzó a ganarse el pan a los ocho años, cuidando ocas y pavos, luego corderos, más adelante cerdos. Al morir su padre, la "alquilaron" como sirvienta a unos campesinos un poco menos pobres. Tenía veinte años cuando su madre, agotada, la llamó consigo para ocuparse de la casa, en la que vivían, a parte de la madre y de una vieja tía solterona e inválida, los dos hermanos todavía vivos de la joven. La madre murió cuatro años más tarde, unos meses después de la boda de su hermano mayor. Sólo entonces pudo Marie pensar en casarse; comprobó entonces la fidelidad de un pretendiente y, con la autorización y el estímulo de su hermano mayor y su tío, se casó.
     Tenía pues 25 años. En quince años más daría a luz a cinco niños, nacidos vivos, de los que vería morir a dos. Con dos abortos naturales, ello supone por lo menos 51meses de embarazo y 120 meses de lactancia. Su marido moriría a los quince años de matrimonio. Quedaría, pues, viuda con tres niños pequeños a su cargo. Moriría diez años más tarde, a los cincuenta.

[…] Sèverine tiene ahora 18 años; es "estudiante", por lo menos esa es su ocupación oficial. Su padre, su madre, su único hermano y sus cuatro abuelos están todos vivos. Lejos de temer la muerte de los familiares que la mantienen, se siente exageradamente mimada, adulada y vigilada por sus seis mayores, en cuya actitud hacia ella se mezclan el amor posesivo y la pretendida amistad, o incluso camaradería, desenvuelta. No empezará a verles morir por lo menos hasta dentro de 4 ó 5 años. Ha ido ya a Grecia y a Noruega; ha estado en Roma, en Túnez, en Londres y en Madrid. Ha tenido ya un. O quizá dos, amigos muy íntimos. Se casará a los 23 años, tendrá un hijo quizá a los cinco meses quizá a los tres años. Y después ¿quién sabe? ¿Tal vez se divorcie?
     Pero si sigue casada con su marido, e incluso si tiene de él un segundo hijo, a los cuarenta y cinco años estará enteramente libre de obligaciones maternales, pues su hijo pequeño tendrá dieciséis. A la edad de cuarenta y cinco años, a la que Marie, vivía agotada, única superviviente de su generación y por ello cabeza de familia, temblaba ante las inclemencias del tiempo que arruinan las cosechas y las epidemias que diezman los hogares, y veía la muerte inexorablemente cercana, Sèrverine tendrá todavía por delante 34 años de vida con jubilación, Seguridad Social y puede que instituto de belleza.”

(FOURASTIÈ, Jean: Les Trente glourieuses. Fayard, 1979, Págs. 69-71.)


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