domingo, 11 de noviembre de 2012

EL INVENTO DEL BARCO DE VAPOR

EL INVENTO DEL BARCO DE VAPOR

    Fueron muchos los pasos previos antes de que se inventara el barco de vapor. Ya, durante los siglos XVII y XVIII, hay varios intentos dignos de mención. Entre los principales se encuentra el del francés Denis Papin que creó, en 1698, el émbolo de vapor, una máquina que no tenía demasiada importancia práctica, pero estableció el principio vitalmente importante de que se podía utilizar el vapor para mover un émbolo hacia arriba y hacia abajo en el interior de un cilindro. Posteriormente, el inglés Watt empleó dicho émbolo para construir una máquina que posteriormente se usó en la navegación.
     En 1698, el mecánico inglés Thomas Savery (1650-1715) construye una máquina para bombear el agua de las minas de Cornualles, siendo esta la primera vez que se emplea la presión del vapor como fuerza motriz para un uso industrial. La máquina de Savery fue perfeccionada por Thomas Newcomen (1663-1729) con su máquina atmosférica, que en 1712 estaba ya en funcionamiento, y que durante casi un siglo se empleó para achicar agua de las minas.
   La aplicación de estas máquinas de vapor a la navegación van a dar lugar el invento del barco de vapor. Se atribuye al estadounidense John Fitch (1743-1798) el invento del barco de vapor. Fich era consciente de que el vapor tenía el poder de mover engranajes y ruedas, por lo que se planteó el aplicarlo en la navegación. Incapaz de conseguir subvenciones del gobierno, buscó la financiación privada. En 1787, y ante un grupo de delegados de la Convención Constituyente, probó con éxito un barco de vapor de 14 m de eslora en el río Delaware. El motor de vapor ponía en movimiento una serie de remos o palas unidos entre sí, situados a babor y estribor de la embarcación.  Su aspecto era extraño y se parecía a una gran canoa con seis remos a cada lado, pero sin palistas. Al principio provocó las risas de los presentes, pero cuando el barco remontó el río con el mínimo esfuerzo la gente quedó atónita. En abril de 1790, Fitch presentó una versión más grande y mejorada del barco, capaz de transportar carga y pasajeros. Reemplazó los remos por una rueda de palas central que colocó dentro del casco.
     De esta manera puso en macha una línea que unía regularmente Filadelfia y Burlington, en Nueva Jersey. Después de una dura disputa con James Rumsey -autor de una invención similar-, consiguió una patente de EE.UU. para los barcos de vapor el 26 de agosto de 1791, y una patente francesa en el mismo año.
Los primeros barcos de vapor fueron movidos por grandes ruedas de paletas, colocadas en sus costados, pero debido a las dificultades que representaba accionarlas fueron sustituidas por la hélice de vapor, colocada en la popa de la embarcación, cuyo invento puede atribuirse tanto al inglés Smith, que la patentó en 1835, como al sueco Ericson o a los franceses Sauvage y Normand.
     Fitch siguió perfeccionando sus modelos y a los iniciales siguieron otros, uno de ellos movido por una hélice, pero la pérdida de uno de sus barcos durante una tormenta, combinado con constantes problemas mecánicos y un respaldo financiero incierto, provocaron el fracaso de su empresa.
     Buscó el patrocinio del gobierno federal, así como de varios estados, e incluso viajó a Francia en busca de respaldo económico, pero no lo logró.
    Volvió a los Estados Unidos y en 1796, deprimido y con mala salud, se trasladó a Kentucky, donde se quitó la vida, el 2 de julio de 1798.
    A pesar de su desgracia, John Fitch demostró que el barco de vapor era viable, y futuros innovadores como Robert Fulton, con un mayor respaldo financiero, consiguieron popularizar ese medio de transporte.


Se recomienda escuchar el podcast / audio sobre el Invento del barco de vapor por John Fitch:

 http://www.rtve.es/alacarta/audios/a-hombros-de-gigantes/john-fitch-inventor-del-barco-vapor/1062333/
   
Fuente: A Hombros de Gigantes (Programa de Ciencia de Radio 5 Todo Noticias)


FICHA SOBRE LOS MEDIOS DE TRANSPORTE EN LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL:


Fuente: Oxford University Press (España, 2003)

AUDIOS: LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES. Historia y Humanidades

 

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