domingo, 4 de noviembre de 2012

GEORGE STEPHENSON (1781 – 1848) Y EL INVENTO DE LA LOCOMOTORA


 

    Dedicamos este espacio al invento de la locomotora. 


  George Stephenson (Wylan 1781 – Tapton House 1848) fue un ingeniero Británico considerado como el padre del ferrocarril, además también diseñó los viaductos, túneles y estaciones que este necesitaba así como logró crear la línea de Liverpool a Manchester en 1830. Perfeccionó la locomotora de había sido construida ya por Richard Trevithick en 1804, pero que no dio resultado porque circulaba por carriles de hierro fundido inapropiados para su peso.
 
    

1.- Video sobre la locomotora de G. Stephenson



2.- Audio-documental sobre la Revolución de los transportes en la 1ª Revolución Industrial

    En 1750 el transporte seguía siendo igual de rudimentario que en la época de los romanos. Pero, en menos de 100 años, Gran Bretaña se convertiría en el eje mundial de la locomoción. En este programa descubriremos los motivos de esta transformación y conoceremos a sus protagonistas. John Loudon MacAdam fue el primero en hacer calles aceptablemente buenas en Gran Bretaña. James Brindley se murió de cansancio mientras construía su legado, una red de canales gracias a la cual se podrían transportar millones de toneladas de mercancías a un precio asequible. Los ingenieros mecánicos intentaron utilizar la potencia del vapor para sustituir al caballo. El desconocido genio Richard Trevithick inventó el primer automóvil y la primera locomotora. George Stephenson, supo vender la energía del vapor al mundo e inauguró la edad del ferrocarril con su locomotora Rocket, asegurando así el papel fundamental que juega Gran Bretaña en el mundo industrial moderno.




Podéis consultar un texto muy completo y ameno sobre el invento de la locomotora y su evolución en la siguiente página web: http://www.historiayleyenda.com/old_trains/

DOCUMENTOS GRÁFICOS:

 Captura de pantalla 2009-10-25 a las 08.06.06.png

 

TEXTOS:

1) Texto que describe los primeros momentos del ferrocarril:

"Nos presentaron a la pequeña locomotora que tenía que llevarnos por los raíles. Esta ‑ya que todos estos curiosos caballitos de arrastre se consideran yeguas‑ constaba de una caldera, una estufa, una pequeña plataforma, un banco, y detrás del banco un barril con agua suficiente para impedir que tuviera sed durante quince millas... Camina sobre dos ruedas, sus pies, movidos por unas ingeniosas patas de metal llamadas pistones, propulsados por vapor... Ese animalito jadeante, que más bien me inspiraba ternura, fue enganchado a nuestro vagón y después de que el Sr. Stephenson me sentara en el banco de la locomotora con él, comenzamos a movernos a aproximadamente diez millas por hora”.
(Descripción de Fanny Kemble, famosa actriz inglesa, del trayecto Liverpool Manchester, 1830).


2) Examinad nuestra situación, considerad la ventaja que Dios y la naturaleza nos han dado, y el destino que se nos promete. Nos encontramos en los confines de la Europa occidental, en el principal punto de unión entre el viejo y el nuevo mundo. Los descubrimientos de la ciencia, los progresos de la navegación, nos han colocado a menos de diez días de Nueva York. En relación a nuestra población y a la superficie de nuestro país, tenemos una extensión de costas superior a las de cualquier otra nación, lo cual nos asegura la hegemonía y la superioridad en el mar. El hierro y el carbón, esos nervios de la producción, nos proporcionan en la gran competición de la industria una ventaja sobre nuestros rivales. Nuestro capital sobrepasa en mucho al que ellos disponen (...) Nuestro carácter nacional, las instituciones libres que nos administran, nuestra libertad de pensamiento y de acción, una prensa sin cortapisas que difunde todos los descubrimientos y todos los avances de la ciencia, se combinan con nuestras ventajas naturales y físicas para colocarnos a la cabeza de las naciones que se benefician del libre intercambio de sus productos. ¿Es entonces éste el país que se sustraerá de la competencia?"

Discurso de Sir Robert Peel al Parlamento, 16 de febrero de 1846. 

3) Un accidente ferroviario:

"El Sr. Huskinsson se había bajado de la carroza y estaba de pie al otro lado de la carretera junto a la cual se veía surgir rápidamente la locomotora “The Rocket”. En ese momento el Duque de Wellington, cuya amistad con el Sr. Huskinsson se había enfriado un poco, hizo una señal de reconocimiento y le tendió la mano. Se dieron un rápido pero amistoso saludo, y antes de que hubiesen soltado sus manos se oyó un grito entre los transeúntes: “¡Apártese, apártese!”. Agitado y confuso el Sr. Huskinsson intentó rodear la puerta abierta de su carruaje (...), pero al hacerlo fue golpeado por “The Rocket” cayendo con una pierna doblada sobre el raíl. La pierna resultó destrozada en el acto. Sus primeras palabras al ser levantado fueron “voy a morir”, que desgraciadamente resultaron ciertas, puesto que falleció esa misma tarde en la casa parroquial de Eccles. En aquellos días se comentó como algo digno de mención que la locomotora "Northumbrian", conducida en persona por George Stephenson, transportó el cuerpo herido del desventurado caballero a una distancia de unos 25 kilómetros en 25 minutos, esto es a la velocidad de 60 kilómetros por hora."

Samuel Smiles: George and Robert Stephenson.


4) El origen de los ferrocarriles. 

   "Al principio los ferrocarriles (nombre no muy adecuado pues en sus comienzos los raíles no estaban hechos de hierro, sino de madera) como también pasó con los canales estaban relacionados exclusivamente con la minería del carbón. Cuando el carbón comenzó a ser usado en enormes cantidades para el consumo doméstico e industrial, uno de sus inconvenientes era como transportarlo de las minas hasta los ríos. Primero se pensó en raíles de madera donde un caballo tirando de un vagón podía transportar tanto como veinte caballos tirando de un carro sobre una carretera.
    Un paso importante en la evolución de los ferrocarriles  se dio cuando se inauguró el ferrocarril entre Croydon y el río Támesis. Era un ferrocarril público sin relación con las minas de carbón, y los usuarios eran los encargados de aportar sus propias vagonetas que eran arrastradas por caballos, mulos y burros. La compañía no era propietaria de las vagonetas, sino que este ferrocarril tenía una concepción semejante a la de los canales, en los cuales la compañía construía el canal y los usuarios tenían que poner su propia barcaza y abonar una tarifa a la compañía propietaria del canal. Estos nuevos ferrocarriles hicieron ver que las posibilidades de estos podían ir más allá del transporte de carbón.
    Después llegó la línea ferroviaria de Stockton a Darlington abierta en 1825: estaba habilitada con vagones para mercancías y con coches para pasajeros. Al principio se consideró utilizar caballos, pero la compañía fue convencida por George Stephenson para utilizar locomotoras a vapor..."

 http://ntic.educacion.es/w3//eos/MaterialesEducativos/bachillerato/historia/rev_industrial/textos.htm#Ferrocarril


ACTIVIDADES SOBRE LOS MEDIOS DE TRANSPORTE EN LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

De la editorial Oxford University Press (España, 2003), podemos trabajar la siguiente ficha didáctica:

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario