sábado, 26 de enero de 2013

PROPAGANDA EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL: LOS CARTELES

   Hablábamos en clase de que la Gran Guerra presentó muchas novedades respecto a otras guerras anteriores. Una de ellas fue la llamada guerra psicológica. A medida que la guerra se alargaba, la guerra psicológica fue un factor vital para mantener elevada la moral propia y minar la del enemigo. El esfuerzo ideológico se centró, en su mayoría, en difundir falsa propaganda optimista sobre las propias fuerzas, exagerando la debilidad del adversario.
   En la Primera Guerra Mundial, además de campañas de intoxicación informativa o de manipulación, se emplearon también formas más ortodoxas de comunicación, y por supuesto, aquellas que se habían desarrollado en la publicidad a lo largo del siglo XIX. Sobre todo, la prensa y el cartel, que se convirtió en un elemento trascendental, de los que se hicieron, en algunos casos, tiradas muy amplias.
   
Tanto en prensa como en los carteles, en los que nos vamos a detener, se emplearon mensajes destinados a canalizar emociones, tanto de valor como de odio, a estimular el esfuerzo industrial, a promocionar el ahorro de determinados productos, como combustible y ciertos alimentos, a pedir la discreción ante el peligro de los espías, a obtener préstamos de guerra, a organizar servicios sanitarios, de bomberos o de policías, etc. También las organizaciones caritativas hacían campañas destinadas a ayudar a los combatientes, a los prisioneros de guerra, los mutilados y las víctimas civiles.
   La guerra de trincheras hizo que el frente interno fuera tan importante como el frente de batalla, lo que produjo la extensión de la propaganda a la población de la retaguardia. El estancamiento militar hizo de la propaganda exterior a los neutrales un elemento fundamental.
    La propaganda a través de los carteles es un fenómeno que se va a extender a partir de la Primera Guerra Mundial, en concreto desde la aparición de un conocido cartel del británico Alfred Leete, Your country needs you (1914), cuyo protagonista, Lord Kitchener, señala al transeúnte con el dedo índice y, con mirada grave, solicita su alistamiento. Lord  Kitchener fue nombrado ministro de la Guerra británico en 1914, año de comienzo de la Primera Guerra Mundial. Llegó a dicho cargo después de una larga y exitosa carrera militar y murió en el mismo, en 1916, cuando una mina alemana mandó al fondo del océano al barco que le llevaba a Rusia.
    Poco tiempo después, el norteamericano J. Montgomery Flagg plagia este formato y convierte a Lord Kitchener en el Tío Sam (que, como sabemos, es la personificación de EEUU), que dice I want you for U.S Army (1917). Según el propio Flagg, usó su propia cara para crear el personaje del póster. Tuvo tanto éxito que se usó de nuevo en la II Guerra Mundial para reclutar soldados.
     Cinco millones de copias llegan a distribuirse del cartel de Flagg, lo cual da una idea del potencial que la propaganda bélica llega a tener en el campo del cartelismo. Ambas creaciones ponen el primer eslabón en este propósito tan complejo de inflamar el patriotismo y acuciar el odio al adversario en los campos de batalla y en la retaguardia
     Una de las funciones del cartel era ensalzar a los soldados del país y crear un culto alrededor de los líderes nacionales; o de figuras simbólicas, ridiculizar o desacreditar a los líderes de las fuerzas enemigas era otra.


SELECCIÓN CARTELES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL: 

     En su mayoría pertenecen a la propaganda de guerra de EEUU, Inglaterra, Francia y Alemania, aunque podemos apreciar algún cartel de otros países participantes en el conflicto:


  
CATÁLOGO DE CARTELES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL




 Fuente: Aportación de Ivone Pascal, que nos recomienda una colección de carteles de propaganda de la Gran Guerra. Se trata de una colección a cargo de una Associación de Conservación Patrimonial de la Historia del Siglo XIX y XX. En el catálogo está la muestra de los carteles que pueden ser adquiridos como copia “exacta al original”

5 comentarios:

  1. Es interesantísimo este artículo, José Luis. Se ve el poder de ciertos medios de comunicación y la posibilidad de ser usados bien o mal, la capacidad de manipulación, de orientar la opinión pública, etc. Salud(os).

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  2. Me encanta la colección yo he comprado una copia a Ivone y estoy muy satisfecho de la calidad del cartel, yo lo enmarque y nadie diria que no es un cartel autentico. Muchas gracias José Luis por tu artículo. Un saludo Albreto M.

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  3. La verdad es que uno termina por darse cuenta las diferencias con ejemplos de este tipo. Pensar que los comercios ahora están llenos de Expositores publicitarios para convencernos de comprar algo

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  4. Increible la información tan curiosa que ofrece,aplicable para alumnos de 4t de la ESO en el aula

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