martes, 27 de noviembre de 2012

ALEJANDRO DUMAS Y GARIBALDI EN EL CONTEXTO DE LA UNIFICACIÓN DE ITALIA

     Sacamos a colación dos personajes históricos que dejaron su huella en la Historia y la Literatura del Siglo XIX: Alejandro Dumas (padre), novelista y dramaturgo francés nacido en 1802, y Giuseppe Garibaldi, militar y político italiano y héroe de la Unificación de Italia, tema que hemos tratado ya en la clase a raíz de los contenidos dedicados al Liberalismo y el Nacionalismo.
    Pues bien, estos dos importantes personajes llegaron a conocerse, ya que Dumas viajó a Italia en 1859. Ahí conoció al general  Garibaldi, con quien colaboró en su lucha por lograr una Italia unida. Dumas logró comprar armas en Marsella y en su buque Emma las transportó para entregarlas a Garibaldi en Sicilia. Luego se dirigió a Tierra Santa. Camino hacia allá recibe la noticia de que Garibaldi ha desembarcado en Nápoles, por lo que se traslada a Palermo, desde donde comienza a transmitir a La Presse sus escritos sobre la situación de la guerra (Los Garibaldinos). Por esta obra muchos lo consideran el primer corresponsal de guerra moderno, ya que narra la participación de Garibaldi en la lucha de liberación del Reino de las Dos Sicilias en manos de Francisco II de Nápoles.
    Después de la victoria, Garibaldi nombra a Dumas Jefe de Excavaciones y Museos de Nápoles, donde vivió hasta 1864. De ese período es su libro La San Felice y también por esos días nació su otra hija Micaela, de su relación sentimental con Emilia Cordier.
    Pues bien, este Alejandro Dumas, como escritor (novelista), se convirtió en un clásico de la Literatura con libros como Los tres mosqueteros (1844) o El conde de Montecristo (1845), novelas que han sido llevadas al cine en varias ocasiones y que todo aficionado a la lectura seguro que ha leído a lo largo de su juventud.

LOS TRES MOSQUETEROS (1844)

    La novela relata las aventuras de un joven gascón de 18 años llamado D'Artagnan, que viaja rumbo a París para convertirse en mosquetero. D'Artagnan no es uno de los mosqueteros del título, sino que lo son sus amigos Athos, Porthos y Aramis, amigos inseparables que viven bajo el lema «uno para todos, todos para uno». Juntos, sirven al rey Luis XIII y enfrentan a su primer ministro, el Cardenal Richelieu, y a sus agentes Milady de Winter y el Conde de Rochefort, para así resguardar el honor de la reina Ana de Austria.
La historia de D'Artagnan continúa en Veinte años después y en El vizconde de Bragelonne. Estas tres novelas de Dumas se conocen como Las novelas de D'Artagnan.
    Gracias a su popularidad, la novela ha sido objeto de numerosas adaptaciones al cine y la televisión (Wikipedia).

 

EL CONDE DE MONTECRISTO  (1845)

   El Conde de Montecristo está considerada como la mejor obra de Alejandro Dumas (padre), lo cual, teniendo en cuenta que escribió más de 300, con ayuda de sus numerosos colaboradores, no es decir poco. Esta novela constituyó todo un éxito en su época. Se trata de una historia enrevesada con multitud de personajes, giros sorprendentes en la trama y moraleja final, al más puro estilo folletín, género en el que Dumas era un genio.
   La historia gira entorno a la venganza de Edmundo Dantés. Dantés vive en Marsella y ve como el futuro le sonríe con un ascenso a capitán y un matrimonio feliz a la vista. Pero a causa de los celos y la ambición de otros, Villefort, Fernand y Danglars, es acusado de traición y enviado a la fortaleza de If, isla prisión de la que es imposible escapar vivo. Durante diez años Dantés está recluido en la isla, olvidado de todos. En su desesperación piensa en dejarse morir de hambre, pero el contacto con otro prisionero, el abate Faria, le da esperanzas; el abate piensa escapar cavando un túnel y Edmundo decide ayudarlo. Antes de que el túnel esté acabado Faria muere, confesando un último secreto a Dantés, la ubicación de un inmenso tesoro. Edmundo consigue escapar haciéndose pasar por el cadáver de Faria y se lanza a la búsqueda del tesoro que le permitirá comenzar su venganza tras sobrevivir a un encierro inhumano e injusto. Así empieza un periplo en que, actuando como un dios de la justicia, premia a los que le ayudaron y castiga a los traidores, escondido tras la identidad del Conde de Montecristo.
    Traición, amor, venganza, riqueza, maquinaciones, turbios personajes, identidades secretas y secretos oscuros… ¿quién puede querer más? Con semejante historia no es de extrañar que hayan sido varias las continuaciones, adaptaciones y copias descaradas de la novela, de forma que todos conocemos la trama. La parte más curiosa es que semejante culebrón parece estar basado en una historia real encontrada en una ficha policial recopilada por Jacques Peuchet, archivero de la policía.



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