Pearl Fyandenspricker
Buck nació el 26 de junio de 1892 en Hillsboro, Virginia (Estados Unidos).
Novelista estadounidense galardonada, entre otros, con el Premio Pulitzer y el
Nobel de Literatura (1938).
Sus padres eran los misioneros
presbiterianos Absabm Fydenspricker y Carolyn Stulting.
Por este motivo, pasó una gran parte de su vida en China, donde su obra, influida por las sagas y la cultura
oriental, buscaba educar a sus lectores.
Pearl regresó a su país natal para estudiar
Psicología en el Randolph Macon Womens College, licenciándose en el año 1914.
En 1917 se casó con el economista agrícola
John Lossing Buck, con quien volvió a su amada China, siendo profesora de
Literatura de la Universidad de Nanking. Cuando estalló la guerra civil, la
pareja se marchó a Unzen, Japón.
En el año 1933 y tras el divorcio de John
Buck, Pearl contrajo matrimonio con el editor de sus libros, Richard J. Walsh,
propietario de la compañía John Day. Se trasladaron de nuevo a Pennsylvania,
EEUU, para vivir en una granja.
Murió en Danby, Vermont, el 6 de marzo de
1973. Tenía 81 años
Escribió más de 85 libros, que incluyen
también teatro, poesía, guiones cinematográficos y literatura para niños.
Su primera
novela fue Viento del este, viento del
oeste (1930), a la que siguió La
buena tierra (1931), ambientada en la China de la década de 1920 y que tuvo
gran éxito de crítica, recibiendo por ella el premio Pulitzer. Otra de sus
obras importantes fue La Madre (1932).
A través de su
libro de ensayos Of Men and Women
(1941) continuó explorando la vida norteamericana.
El estilo
narrativo de Pearl S. Buck, al contrario de la corriente experimentalista de la
época, encarnada en James Joyce o Virginia Wolf, es directo, sencillo, pero a
la vez con resonancias bíblicas y épicas por la mirada universal que tiende
hacia sus temas y personajes, así como por la compasión y el deseo de instruir
que subyace a un relato lineal de los acontecimientos.
Pearl
creó diversas fundaciones para el estrechamiento de lazos entre la cultura occidental
y oriental y defendió posturas igualitarias entre razas y géneros.
AUDIO: Pearl S. Buck. Novelista estadounidense.
Jitanjánfora. La Enredadera de Radio Topo. Arte y Literatura.
El 2 de abril de 1796, nace Ana María
Campos, heroína en la Guerra de Independencia de Venezuela, perteneciente al
bando libertador.
Heroína, valerosa, aguerrida y mártir,
Ana María Campos quedó inmortalizada por su lucha incesante contra del dominio
español. Fue una joven emprendedora, audaz,
inteligente, demasiado valor femenino para la época, con unas ideas y
principios diferentes, sobre todo para las
mujeres de la época, que sólo soñaba ser una pionera de libertad e igualdad y
por eso fue duramente criticada y atacada por los adversarios de aquel
entonces.
En diversas
reuniones clandestinas exponía sus ganas de ser única y más que eso de
encontrar la justicia y liberación de la provincia Marabina, era líder de
varios movimientos que para entonces eran fuertemente condenados y no
permitidos, todos quienes le acompañaban tenían el mismo sueño, hecho que logró
que ella siguiera adelante, sin importarle nada ni siquiera sus orígenes.
En septiembre
de 1822, tras la batalla de Carabobo, el Jefe Realista Francisco Tomás Morales,
entra triunfalmente a Maracaibo.
Ana María se le
enfrentó valientemente, pero fue apresada, torturada y conducida desnuda sobre
un burro por las calles de la ciudad; mientras los realistas españoles la
martirizaban a latigazos, ella más gritaba, dirigiéndose al jefe realista y
pidiendo la libertad de su tierra frente al opresor español. Suya fue la frase
famosa “si Morales no capitula, monda”.
Esa tortura no logró la sumisión de la
heroína como patriota revolucionaria, y sus aspiraciones de libertad se vieron
cumplidas al librarse la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, el 24 de julio de
1823, que selló la independencia de la Provincia de Maracaibo.
No obstante, el quebranto físico
resultante de este abuso eventualmente le costó la vida, pero no antes de haber
recibido la satisfacción de ver sus aspiraciones de libertad cumplidas.
Pocos años después, el 17 de octubre de
1828, Ana María Campos muere a los 32 años de edad a orillas del Lago de
Maracaibo.
El 20 de mayo de 1882, nace en la ciudad
de Kalundborg, Dinamarca, la escritora noruega Sigrid Undset, galardonada en
1928 con el premio Nobel de Literatura.
Realizó sus
estudios en Oslo, pero no pudo ir a la universidad a causa de la temprana
muerte de su padre, un afamado arqueólogo. Su vida es determinante para comprender su obra. Empezó a trabajar como
secretaria en una importante empresa de ingeniería cuando contaba dieciséis
años. Por las noches, cuando llegaba a casa, se sentaba en la cocina a
escribir.
Amante de la historia y el arte medieval,
se quiso convertir en pintora, uno de los sueños de su vida, con lo que se fue
a Roma, donde conoció a un pintor noruego con el que se casó después. Su matrimonio no
contribuyó a mejorar las cosas, ya que se encontró con que se esperaba de ella
como mujer casada que supeditase su talento al de su marido; de hecho, fue
obligada a dejar de pintar cuando nació el primero de sus cinco hijos. Las
serias crisis que atravesó la pareja terminaron en un doloroso divorcio que,
una vez más, la dejó a cargo de una familia aumentada por los hijos del primer
matrimonio del pintor.
Pertenece por derecho propio a aquella
primera generación de mujeres emancipadas (en cierta medida), que percibían un
salario por su trabajo.
Víctima del
eterno dilema femenino -entregarse a la vida laboral o a la familiar- optó por
una solución de compromiso: cuidar de los niños durante el día y reservar los
domingos y las noches para su quehacer literario. Esto le hizo ser consciente
de cuál era realmente la situación de la mujer "moderna", de forma
que se decidió a tomar parte activa en los movimientos de debate político y
social en favor de la mujer.
Sus primeras
novelas fueron La señora Marta Ulia
(1907), Jenny (1911) y Primavera (1914), en las que escribe en
contra de los defensores del «amor libre». Incrementó y consolidó su fama con Las mujeres sabias (1918) y el ensayo Punto de vista de una mujer (1919),
donde se abordaban los problemas de la mujer trabajadora.
Poco a poco, volvió su interés hacia
valores más tradicionales -el eterno conflicto entre el amor terrenal y el amor
divino, y hacia los temas históricos, particularmente la Edad Media, época en
la que se ambienta la que la crítica considera su mejor obra, la trilogía sobre
la vida de Kristin Lavransdatter. La obra se componía de tres novelas
que vieron la luz en años sucesivos ( La corona, 1920; La señora,
1921; La cruz; 1922) y, además de convertirse en poco tiempo en un clásico
de las letras noruegas, consagró definitivamente a la autora, reconocimiento
este que se confirmó cuando le fue entregado el Premio Nobel de literatura en
1928 -al año siguiente de la publicación de Olaf Audunson (1925-1927)- y
cuando fue nombrada presidenta de la Sociedad Noruega de Autores, con lo que se
convirtió en la primera mujer en obtener tal distinción
En 1940 se
trasladó a los Estados Unidos, a causa de su oposición a la Alemania nazi y la
ocupación alemana de Noruega, en donde participó activamente en movimientos de
lucha contra los nazis. Volvió a Noruega en 1945, tras la terminación de la II
Guerra Mundial.
Sigrid Undset muere en Lillehammer, Noruega,
en 1949.