Dedicamos estas líneas a una malagueña ilustre, Rosario Pino Bolaños, una de las más grandes actrices de la escena española. Nació en una humilde casa malagueña el 24 de mayo de 1870, y era hija de un cajista de imprenta. Criada en el barrio inmediato al Teatro Cervantes, inaugurado el mismo año de su nacimiento, su vocación se orientó desde muy niña hacia la interpretación, actuando con apenas once años en los grupos teatrales del poeta Luis Santí y de la Sociedad Lope de Vega.
Sus primeros estudios dramáticos los realizó en la Academia de Declamación que dirigían el literato Narciso Díaz de Escovar y el actor José Ruiz Borrego. Luego, después de obtener numerosos premios en Málaga, fue contratada con 16 años por la compañía de María Tubau y triunfó en los escenarios de Madrid y de las principales ciudades españolas.
Sus interpretaciones en papeles de "dama joven" le granjearon una gran fama y le abrieron las puertas de los mejores autores dramáticos del momento, siendo la actriz preferida por Jacinto Benavente para estrenar sus obras, como Rosa de Otoño.
Consagrada como primera actriz del Teatro Lara y después del Teatro de la Comedia de Madrid, trabajó con actrices de la talla de María Guerrero. Junto con otro actor malagueño, Emilio Thuillier, realizó una gran gira por varios países hispanoamericanos durante dos años. A su regreso a España, después de un tiempo actuando en Portugal, realizó una gira de despedida que la acabó por consagrar como una de las grandes actrices españolas de la historia. Se retiró de la escena después de más de tres décadas en el candelero.
En febrero de 1914 se le tributó un solemne homenaje en el Teatro Cervantes de Málaga y fue nombrada hija predilecta de la ciudad. Murió en Madrid en 1933.
Fuente: texto adaptado del libro La Mirada Recuperada. Memoria de Mujeres en las calles de Málaga de Victor M. Heredia Flores.
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