Jacqueline Auriol es una de las aviadoras más
distinguidas de la historia. Nacida el 5 de noviembre de 1917 en Challans,
Francia, era hija de un constructor de barcos. Después de graduarse de la
universidad en Nantes, estudió arte en la Escuela del Louvre en París.
En 1938, se
casó con Paul Auriol, hijo de Vincent Auriol, un líder muy conocido del Partido
Socialista y que llegó a ser Presidente de la República.
Durante la
Segunda Guerra Mundial, Jacqueline, ayudó a la resistencia francesa contra la
Gestapo (nazis).
Cuando
terminó la guerra, y por su pasión por
la velocidad, se sacó el título de piloto de avión (1948). Un año después, cuando volaba en
un hidroavión sobre el río Sena, el aparato se estrelló y Jaqueline sufrió
heridas importantes que le desfiguraron el rostro y la obligaron a someterse a varias
intervenciones quirúrgicas, en Francia y Estados Unidos. Pero, aquél revés
acrecentaría su deseo de volar. Dedicó todo el tiempo que pudo a estudiar
matemáticas, aerodinámica, navegación y mecánica, para preparar sus exámenes.
En 1950 obtuvo la licencia de piloto militar y poco después, en Brétigny, la de
piloto de pruebas.
El 11 de mayo de 1951, con un De Havilland
DW.100, Vampire, volando a 508,8 millas por hora batió el record de velocidad
de la estadounidense Jaqueline Cochran. Durante una década, las dos Jaqueline,
Auriol y Cochran, pelearían por mantener el título de “mujer más rápida del
mundo”; fueron años en los que el record aeronáutico de velocidad femenino
cruzó el Atlántico varias veces hasta que, en 1964, la norteamericana voló a
2097 kilómetros por hora, 57 kilómetros más deprisa que lo había hecho Auriol
en un Mirage III, el año anterior.
En 1926 el aeronauta Clifford B. Harmon
había establecido el Trofeo Harmon que se otorgaba cada año al aviador o
aviadora con mayores méritos aeronáuticos. El premio dejó de darse cuando se
inició la segunda guerra mundial y se restableció en 1949. Jaqueline
Auriol lo ganó cuatro veces y Cochran cinco. Los presidentes Truman y
Einsenhower entregaron el premio a la piloto francesa. Era una prestigiosa
distinción que, con anterioridad, la recibieron aviadoras como Amy Johnson y
Amelia Earhart, además de Cochran.
Jaqueline
Auriol consiguió premios y trofeos, voló el emblemático avión supersónico de
transporte Concorde y ocupó las primeras páginas de los periódicos. Para
Francia fue un símbolo que el presidente Jacques Chirac trató de resumir en la
frase que envió a sus hijos con motivo de la muerte de la piloto: “Esta gran dama ha encarnado para los
franceses, a lo largo de decenios, el coraje y la modernidad. Sus logros
durante los años 50 y 60 le valieron fama mundial y fueron el orgullo de
nuestro país”.
Sin
embargo, los records aeronáuticos y la fama nunca fueron para Jaqueline la
razón de su vida profesional. Su ocupación principal fue la de piloto de
pruebas, que ejerció en Brétigny. Allí efectuó ensayos con más de un centenar
de aparatos distintos. Se retiró en 1971 y murió en el año 2000 en
París, siendo reconocida como una de las aviadoras más importantes de la
historia.
VIDEO: Jacqueline Auriol, aviadora francesa (1917-2000)
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