En nombre de Dios Todopoderoso.
S. M. el Emperador de Alemania, Rey de Prusia; S.
M. el Emperador de Austria, Rey de Hungría; S. M. El Rey de los Belgas; S. M.
el Rey de Dinamarca; S. M. el Rey de España; el Presidente de los Estados
Unidos de América; el Presidente de la República Francesa; S. M. la Reina del
Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, Emperatriz de las Indias; S. M. el
Rey de Italia; S. M. el Rey de los Países Bajos; S. M. el Rey de Portugal; S.
M. el Emperador de todas las Rusias; S. M. el Rey de Suecia y de Noruega; S. M.
el Emperador de los Otomanos:
Deseando establecer en un espíritu de
entendimiento mutuo las condiciones más favorables al desarrollo del comercio y
de la civilización en determinadas regiones de África, y asegurar a todos los
pueblos las ventajas de la libre navegación por los dos principales ríos
africanos que desembocan en el océano Atlántico; deseosos, por otra parte, de
prevenir los malentendidos y las disputas que pudieran suscitar en lo futuro
las nuevas tomas de posesión efectuadas en las costas de África, y preocupados
al mismo tiempo por los medios de aumentar el bienestar moral y material de las
poblaciones indígenas, han resuelto, previa invitación que les ha sido cursada
por el Gobierno imperial de Alemania, de acuerdo con el Gobierno de la República
Francesa, reunir a tal objeto una Conferencia en Berlín, y han nombrado sus
plenipotenciarios (…). Los cuales, provistos de plenos poderes (…) han
discutido y adoptado sucesivamente:
1º Una declaración relativa a la libertad de
comercio en la cuenca del Congo, sus desembocaduras y países circunvecinos, con
ciertas disposiciones convenientes a ella
2º Una declaración referente a la trata de
esclavos y a las operaciones que por tierra o por mar proporcionan esclavos
para la trata.
3º Una declaración relativa a la neutralidad de
los territorios comprendidos en la cuenca convencional del Congo.
4º Un Acta de Navegación del Congo (…)
5º Un Acta de Navegación del Níger (…)
6º Una Declaración estableciendo en las
relaciones internacionales reglas uniformes respecto a las ocupaciones que en
adelante puedan verificarse en las costas del continente africano.
Acta general de la Conferencia de Berlín. 26 de
febrero de 1885
Nos encontramos ante un texto histórico de carácter jurídico, concretamente se trata del preámbulo del Acta General de la Conferencia de Berlín, celebrada entre noviembre de 1884 y enero de 1885 en la capital del Imperio Alemán. Este acuerdo significará el punto de partida para la gran expansión imperialista y el reparto y ocupación de la práctica totalidad del continente africano entre las potencias europeas.
Atendiendo a la legislación vigente y a los
contenidos a los que hace referencia el texto, este recurso los podemos
trabajar, en 4.º de ESO (RD 1631/2006, Ciencias Sociales, Geografía e Historia)
y, con más profundidad, en 1.º de Bachillerato (RD 1467/2007, Modalidad
Humanidades y Ciencias Sociales), en la materia de Historia del mundo
contemporáneo. En el primer caso, 4.º de ESO, podremos utilizar este recurso en
el bloque 1 (contenidos comunes), como ejemplo para identificar los componentes
socioeconómicos y políticos que intervienen en los procesos históricos y su
interrelación; y sobre todo en el bloque 2 (Bases históricas de la sociedad
actual), en el tema dedicado a los “Grandes cambios y conflictos en la primera
mitad del XX. Imperialismo, guerra y revolución social”.
No obstante, se debe utilizar de una manera más
extensa y detallada el contenido a que se refiere este texto en 1.º de
Bachillerato, concretamente en el bloque 2, correspondiente a las
Transformaciones en el siglo XIX, en la unidad dedicada a “Las grandes
potencias europeas. Imperialismo, expansión colonial y carrera armamentística”.
Así, utilizando este recurso, los alumnos de este nivel podrán identificar y
comprender los procesos de evolución del mundo contemporáneo, sus causas y su
protagonismo en la configuración del mundo actual. Del mismo modo, servirá como
modelo para el tratamiento y utilización crítica de las fuentes históricas.
Del análisis del texto podemos decir que la
Conferencia de Berlín se celebró en dicha ciudad a instancias del gobierno
alemán, que congregó en la capital germana a los soberanos de Alemania,
Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido de
Gran Bretaña, Italia, Países Bajos, Portugal, Rusia, Suecia y Noruega, y
Turquía. En él se detalla cómo se organiza la conferencia para evitar
conflictos entre los distintos países y regular para un futuro el ya iniciado proceso
de ocupación del continente a partir de sus costas, asegurar la libre
navegación por los grandes ríos de la vertiente atlántica, el Congo y el Níger,
y garantizar así el libre comercio en sus orillas.
Pero el texto encierra un entramado y una intencionalidad
más profunda. La Conferencia de Berlín no es sino el punto álgido de un
proceso, el imperialismo y la expansión colonial, que no responde a una única
causa, sino a muchas, de índole tanto política como económica. Los motivos
económicos son importantes, pues tras la crisis de superproducción de 1873 –a
lo que se hace alusión en el texto cuando se refiere al “desarrollo del
comercio”– y el cierre de los mercados europeos, pues los distintos países,
excepto Gran Bretaña, aplicaron medidas proteccionistas, llevaron a las
oligarquías a presionar a los gobiernos para abrir nuevos mercados en los que
vender sus productos y solucionar el consecuente problema de desempleo de los
obreros.
También se hace referencia en el Acta al
“desarrollo… de la civilización” y al aumento del “bienestar moral” en el
continente africano, propio del pensamiento racista europeo y, sobre todo,
germano, que se basaba en la superioridad técnica y cultural de la raza blanca,
lo que la legitimaba para dominar a los pueblos de color. Esto va en
consonancia con la idea de la supremacía de la civilización occidental
propugnada por R. Kipling, que justifica el imperialismo y propició el gran
movimiento de evangelización que llevaron a cabo posteriormente misioneros
católicos y protestantes.
Pero, el factor fundamental fue el político, pues
los dirigentes de las principales potencias europeas veían la expansión
colonial como un modo de mantener e incluso aumentar la hegemonía y prestigio
de sus países; así, por ejemplo, Francia, que comienza a conformar su imperio
colonial durante el II Imperio, intenta recuperar su prestigio en la escena
internacional tras su derrota de 1870 ante Prusia.
Antes de 1880, salvo las costas y desembocaduras
de los ríos, África era prácticamente desconocida. Pero pronto empezaron los
conflictos entre las potencias por el control de distintas zonas del
continente, como la ruta de la India a través del Canal de Suez por parte de
Gran Bretaña y el dominio del Magreb, ansiado por Francia. Asimismo, el Imperio
Alemán y su incipiente desarrollo económico necesitaba nuevos mercados y, por
lo tanto, buscaba también hacerse con un imperio colonial. De ahí que Bismarck,
convertido en árbitro de la política europea, ”invite” –como textualmente se
dice en el Acta– a los monarcas y dirigentes europeos a una conferencia en
Berlín para intentar solucionar todos estos conflictos, evitar el
enfrentamiento directo entre las principales potencias, e intentar transferir
su política de equilibrio europeo (sistema bismarckiano) a las colonias. El
principal conflicto había surgido por el dominio del río Congo y su entorno,
por lo que, para soslayar los intereses de las potencias implicadas (Gran
Bretaña, Francia y Alemania), este territorio se dio en concesión personal al
rey de Bélgica, Leopoldo II, con lo que se creaba así una especie de
“estado-tapón” entre ellas, si bien se internacionalizaba la navegación y el
comercio por el río, al igual que por el Níger (puntos 1º, 4.º y 5.º). Pero el
más importante de los acuerdos logrados en la Conferencia de Berlín fue el que
establecía que la ocupación de la costa por una potencia no significaba que
tuviera derecho ni exclusividad para dominar el interior, como hasta entonces
había sido la norma (punto 6.º).
En suma, la Conferencia de Berlín supuso el
pistoletazo de salida para la consolidación y expansión de los grandes imperios
coloniales de Gran Bretaña y Francia, sobre todo, y el nacimiento de potencias
coloniales de Alemania, España e Italia, aunque estas dos en menor escala;
Portugal, ya con una antigua tradición colonial extendió hacia el interior sus
dominios costeros. Gran Bretaña pretendía ocupar una franja N-S desde El Cairo
a El Cabo, desde Egipto a Sudáfrica, Francia dominar el Magreb y conectar los
océanos Índico y Atlántico en un eje E-O, y Portugal unir sus territorios de
Angola y Mozambique extendiéndose por el interior de ambas colonias. El hecho
es que las potencias coloniales se apresuraron tras la Conferencia de Berlín en
ocupar el interior de África, con lo que ésta ya se hallaba totalmente
repartida en 1890. No obstante, los intereses de las potencias no tardaron en
chocar, si bien se impusieron los británicos en los distintos conflictos:
incidente de Fachoda (Sudán) con los franceses (1898), ultimátum a Portugal
para desistir de sus proyectos (1890) y segunda guerra con los bóers
sudafricanos, azuzados por los alemanes (1899-1902).
Así, a principios del siglo XX hallamos ya
conformado el mapa colonial africano, que sólo se verá modificado tras perder
Alemania sus colonias tras la Primera Guerra Mundial, que pasaron a ser
administradas por Gran Bretaña y Francia, conformándose así definitivamente los
dos grandes imperios coloniales hasta el proceso de descolonización de mediados
de esta centuria.
Podemos hablar, pues, de un fracaso de la
Conferencia de Berlín en uno de sus principales objetivos: el intento de llevar
el equilibrio de potencias europeo a las colonias y evitar enfrentamientos
entre ellas.
La aplicación didáctica que propongo para utilizar este recurso está enfocada para alumnos de 4.º de ESO y consiste una simulación en clase de la Conferencia de Berlín. Cada alumno asumirá individualmente el papel de uno de los representantes de cada país y sus pretensiones. Utilizando las TIC, los alumnos restantes no sólo harán una presentación digital que resuma las aspiraciones de cada uno de los intervinientes, sino que irán plasmando gráficamente en la pizarra digital, en un mapa mudo de África, los intereses de cada nación y, finalmente, en líneas generales, los acuerdos a los que se llega y sus consecuencias posteriores.
Mediante esta actividad cumpliríamos
objetivos de la etapa, como la interrelacionar hechos políticos, económicos y
culturales para comprender la evolución de las sociedades actuales, valorar la
diversidad cultural, conocer el funcionamiento de las sociedades democráticas,
realizar tareas en grupo y adquirir una perspectiva global de la evolución de
la humanidad. Además, trabajaríamos la práctica totalidad de las competencias
básicas, sobre todo el tratamiento de la información y la competencia social y
ciudadana.
BIBLIOGRAFÍA
FERNÁNDEZ, A., Historia del Mundo Contemporáneo,
«Textos de Orientación Universitaria», Barcelona, Vicens-Vives, 1981.
HOBSBAWN, E. J., La era del imperialismo
(1875-1914), Madrid, Siglo XXI, 1984.
KINDER, H. y W. HILGEMANN, Atlas histórico
mundial (II). De la Revolución Francesa a nuestros días, Madrid, Akal-Istmo,
2006.
TORRE DEL RÍO, R. DE LA, El colonialismo europeo
(1870-1914),«Cuadernos Historia 16», Barcelona, Historia 16, 1985.
PÁGINAS WEB
Un comentario magnifico
ResponderEliminarsi, la verdad es que me ha sido bastante util
EliminarMe ha servido de gran ayuda para entender el tema y analizar el texto como es debido. Gracias!
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