MARIE Y SEVERINE. Una comparativa entre una mujer que vive en el Antiguo Régimen y otra que vive en la actualidad.
“Marie, mujer robusta de una
familia de siete hermanos de los que dos murieron en la cuna y otros dos antes
de cumplir veinte años, ha tenido muchas enfermedades, ha pasado en su vida 30
ó 40 meses de fiebre y sufrimientos pero ha salido adelante. Tenía catorce años
cuando perdió a su padre. No conoció a ninguno de sus abuelos. Su madre, que se
quedó viuda con tres hijos a su cargo, no tuvo más ayuda y sustento que el de
un hermano, a su vez cargado de familia.
Marie comenzó a ganarse el pan a los ocho años, cuidando ocas y pavos,
luego corderos, más adelante cerdos. Al morir su padre, la "alquilaron" como sirvienta a unos campesinos un poco menos
pobres. Tenía veinte años cuando su madre, agotada, la llamó consigo para
ocuparse de la casa, en la que vivían, a parte de la madre y de una vieja tía
solterona e inválida, los dos hermanos todavía vivos de la joven. La madre
murió cuatro años más tarde, unos meses después de la boda de su hermano mayor.
Sólo entonces pudo Marie pensar en casarse; comprobó entonces la fidelidad de
un pretendiente y, con la autorización y el estímulo de su hermano mayor y su
tío, se casó.
Tenía pues 25 años. En quince años más daría a luz a cinco niños,
nacidos vivos, de los que vería morir a dos. Con dos abortos naturales, ello
supone por lo menos 51meses de embarazo y 120 meses de lactancia. Su marido
moriría a los quince años de matrimonio. Quedaría, pues, viuda con tres niños
pequeños a su cargo. Moriría diez años más tarde, a los cincuenta.
[…]
Sèverine tiene ahora 18 años; es "estudiante", por lo menos esa
es su ocupación oficial. Su padre, su madre, su único hermano y sus cuatro
abuelos están todos vivos. Lejos de temer la muerte de los familiares que la
mantienen, se siente exageradamente mimada, adulada y vigilada por sus seis
mayores, en cuya actitud hacia ella se mezclan el amor posesivo y la pretendida
amistad, o incluso camaradería, desenvuelta. No empezará a verles morir por lo
menos hasta dentro de 4 ó 5 años. Ha ido ya a Grecia y a Noruega; ha estado en
Roma, en Túnez, en Londres y en Madrid. Ha tenido ya un. O quizá dos, amigos
muy íntimos. Se casará a los 23 años, tendrá un hijo quizá a los cinco meses
quizá a los tres años. Y después ¿quién sabe? ¿Tal vez se divorcie?
Pero si sigue casada con su marido, e
incluso si tiene de él un segundo hijo, a los cuarenta y cinco años estará
enteramente libre de obligaciones maternales, pues su hijo pequeño tendrá
dieciséis. A la edad de cuarenta y cinco años, a la que Marie, vivía agotada, única
superviviente de su generación y por ello cabeza de familia, temblaba ante las
inclemencias del tiempo que arruinan las cosechas y las epidemias que diezman
los hogares, y veía la muerte inexorablemente cercana, Sèrverine tendrá todavía
por delante 34 años de vida con jubilación, Seguridad Social y puede que
instituto de belleza.”
(FOURASTIÈ, Jean: Les Trente glourieuses. Fayard, 1979,
Págs. 69-71.)
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